1.- ¿En qué consiste la cirugía maxilofacial?
Es una especialidad Médico-quirúrgica que se dedica al estudio, prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de las enfermedades congénitas y adquiridas del cráneo, cara, cabeza y cuello, cavidad oral y maxilares (incluyendo la dentición). La patología adquirida puede ser de origen tumoral, traumático, por degeneración o envejecimiento.
2.- ¿Qué patologías trata la cirugía maxilofacial?
De acuerdo con las guías europeas, incluye, fundamentalmente, los siguientes ámbitos: a) Tratamiento del dolor y de la ansiedad. b) Cirugía dentoalveolar y periodontología. c) Tratamiento de las infecciones que involucran los huesos y tejidos blandos de la cabeza y el cuello. d) Traumatismos cráneo-maxilofaciales (partes óseas y tejidos blandos), tanto agudos como sus secuelas. e) Patología oral-Medicina oral. f) Cirugía preprotésica e implantología. g) Tratamiento quirúrgico y no quirúrgico de las afecciones de la articulación temporo-mandibular. h) Cirugía oncológica de cabeza y cuello, incluyendo cirugía cervical. i) Tratamiento de los tumores benignos y malignos de las glándulas salivales. j) Cirugía reconstructiva de cabeza y cuello, incluyendo disección de colgajos de tejidos blandos y óseos. j) Técnicas microquirúrgicas. k) Cirugía ortognática-ortopédica facial. l) Cirugía Plástica, Estética y Reparadora cervico-facial. m) Tratamiento de las malformaciones congénitas faciales que incluyen a su vez las fisuras labio-palatinas. ñ) Cirugía cráneofacial.
3.- ¿Qué zona de la boca se trata en esta especialidad?
Los labios, dientes, encías, lengua, trígono retromolar (tras el último molar mandibular), suelo de boca, mucosa yugal, paladar duro, paladar blando, base de lengua, amígdala palatina y pared posterior faríngea.
4.- ¿Puede un cirujano maxilofacial tratar defectos estéticos de la cara y/o el cuello?
Por supuesto. La cirugía estética de la cara y el cuello forma parte del programa formativo oficial de nuestra especialidad, que se puede consultar por internet. Es más, cirugía maxilofacial es la especialidad de referencia en este campo, ya que es la más cualificada de todas las existentes para tratar estos aspectos. Ninguna otra especialidad conoce tan profundamente las estructuras óseas, como de partes blandas que componen este complejo territorio anatómico, ya que la cirugía maxilofacial se dedica en exclusiva a él y ya sabemos que es imposible abarcar y dominar todas las áreas de conocimiento de la medicina y esa es precisamente la razón de ser de, por ejemplo, las distintas especialidades médicas y/o quirúrgicas existentes.
Muchas de las técnicas y abordajes que se emplean en los procedimientos más habituales de nuestra especialidad como puede ser la cirugía de la glándula parótida, las fracturas de la órbita, nasales o del tercio superior facial, son comunes a las empleadas en los procedimientos estéticos. Siempre que realizamos cualquier procedimiento por el motivo que sea (traumatismo, deformidad congénita, cáncer, etc) vamos a tener en consideración la vertiente estética de los resultados que pretendamos conseguir, en cuanto a belleza, simetría, armonía y proporcionalidad facial, por la visibilidad e importancia en la imagen social y autoestima que dichas intervenciones tienen en nuestros pacientes. Porque al margen de todas las funciones que puede desempeñar una cara (donde residen los 5 órganos de los sentidos y parte del aparato digestivo y respiratorio, entre otras), como decía un conocido autor, es parecer una cara.
Con esto quiero decir que en nuestra especialidad, los criterios de función y/o estética, que primarían en cualquiera de las intervenciones que realizamos, van siempre íntimamente ligados. Por ejemplo mediante la cirugía ortognática corregimos el desajuste que pueda existir entre la posición y la relación que mantienen entre sí el maxilar superior y la mandíbula, que puede ocasionar no sólo problemas en la masticación y/o en la respiración del paciente, sino también en lo concerniente a la armonía, proporcionalidad facial y autoestima del paciente. Según este último ejemplo aunque el motivo fundamental de la cirugía y lo que el paciente más agradezca pueda ser la mejora en la masticación o tener un sueño reparador por la ausencia de interrupciones al respirar, es indudable que unos de los aspectos que más influye a la hora de concretar los objetivos que queramos conseguir a la hora de planificar la cirugía, y que los pacientes indudablemente también agradecen, es el apartado estético. Esto lo materializamos mediante el empleo de diferentes criterios de belleza, armonía y proporcionalidad, ampliamente reconocidos como el Hombre de Vitruvio de Leonardo da Vinci, aplicados a diferentes estudios cefalométricos que realizamos y programas informáticos de procesamiento de imágenes en 3 dimensiones que empleamos, con una toma de medidas en milímetros y con una gran predictibilidad de resultados.
5.- ¿Cuáles son los tratamientos más comunes en la cirugía maxilofacial?
La cirugía de las muelas del juicio, las exodoncias complejas, los dolores de la articulación temporomandibular, la colocación de implantes dentales, la vaporización con láser de las lesiones blancas orales, los quistes maxilares, las fracturas faciales y alveolodentarias, el cáncer de boca, la cirugía ortognática y la cirugía de la glándula parótida.
6.- Para poner un implante dental ¿tienes que ser tratado por un cirujano maxilofacial?
No. Lo puede hacer también un odontólogo o médico estomatólogo. La particularidad está en que en los casos en los que para la colocación de un implante, se requiera una intervención quirúrgica para reconstruir un maxilar atrófico, un injerto de hueso o partes blandas, una exodoncia compleja u otro tipo de técnica especial, el cirujano maxilofacial por su formación quirúrgica puede estar más habituado o familiarizado en realizar este tipo de intervenciones y tratar sus posibles complicaciones. También sería el caso de ser necesarias grandes cirugías, que requieran una formación, experiencia y capacitación específicas para realizarlas, ya que el campo de actuación de estas profesiones, aunque se solape en algunos aspectos, es diferente. Ni mejor ni peor. Por eso, cuando el tratamiento así lo requiriera, para obtener un mejor resultado, lo ideal sería la colaboración entre estos profesionales, lo cual redundaría en un mayor beneficio para el paciente.
7.- ¿Cuándo debe ponerse un implante dental?
La colocación de un implante dental es una de las opciones que se le ofrece al paciente cuando éste ha perdido una o más piezas dentales e incluso toda la arcada. Se debe realizar un estudio y valoración completas, existiendo una serie de enfermedades que contraindican de forma absoluta la colocación de implantes: enfermedad periodontal no controlada, inmunodeprimidos, pacientes a tratamiento oncológico o con un pronóstico sombrío, trastornos psiquiátricos graves, diabetes mellitus no controlada y fumadores de más de 15 cigarrillos al día.
Los implantes dentales consiguen mejorar el aspecto de la boca y la salud del paciente, recuperando la sonrisa y poder volver a comer cualquier alimento. Las principales indicaciones de los mismos son:
- • Cuando es necesario reponer una o más piezas dentales evitando utilizar dientes adyacentes o haya que reponer toda la arcada. De esta manera se obtiene un método de anclaje para las prótesis dentales.
- • Para posibilitar anclajes que permitan efectuar otros tratamientos como los ortodóncicos u ortopédicos que de otra forma, en ocasiones serían imposibles de realizar.
- • Para conseguir que el hueso de los maxilares edéntulos, no pierda su volumen por reabsorción, evitando de esta forma el aspecto de una cara envejecida.
8.- ¿Cómo es el cuidado de un implante?
Al igual que los dientes naturales, un implante dental precisa de una excelente higiene oral y eliminar factores de riesgo como son el tabaco y la enfermedad periodontal para evitar desarrollar enfermedades como la mucositis o periimplantitis. Para el éxito de los implantes y la salud a largo plazo, resulta crítico realizar visitas periódicas de control y mantenimiento periodontal e implantológico como mínimo una vez al año, con un profesional experto en implantes, además de las limpiezas cada 3,4 ó 6 meses (según las necesidades individuales) ya que la acumulación de sarro puede provocar problemas en los mismos. En estas citas se evalúan los niveles óseos, los tejidos blandos, las prótesis, diferentes ajustes y tornillos y la oclusión.
Para una correcta higiene se recomienda utilizar un cepillo con cerdas de dureza blanda o intermedia, así como cepillos interdentales para los espacios entre los dientes. No se debe utilizar el hilo dental alrededor del implante para no debilitar el sellado de la encía alrededor del mismo. Los irrigadores son un modo excelente para limpiar la zona que rodea los implantes. Los implantes no deben limpiarse con instrumentos ultrasónicos. Hay que mantener los cepillos, hilos y cintas sumergidos en una solución de gluconato de clorhexidina al 0,12%.
9.- Cuéntanos el caso más complicado que has tratado
Posiblemente sea el caso de una fractura triple de mandíbula (los dos cóndilos y la sínfisis mandibular) en una niña de 8 años. No hay mucho descrito en la literatura sobre estas fracturas por su baja frecuencia y el problema es que teníamos que asegurar que la zona de la sínfisis mandibular quedara fija y estable para que soldara de una forma y en una posición correctas, mientras que teníamos que conseguir que la paciente pudiera movilizar precozmente la mandíbula y hacer ejercicios de apertura, cierre, protusión y lateralidad para que no se le formaran rigideces en los cóndilos y empezara a remodelarlos lo antes posible. La dificultad, como entendieron perfectamente los padres, estaba en decidir si no hacer nada y arriesgarse a que la sínfisis mandibular no soldara y quedara móvil en la zona de fractura o lo hiciera en una posición incorrecta (algo que es poco frecuente a esas edades pero por las características de la fractura nos hacía dudar y de suceder hubiera requerido una intervención) o de intentar hacer algo para evitarlo, el momento de hacerlo era antes de que fuera demasiado tarde. Al final los padres aceptaron intentar hacer algo para fijar y dar estabilidad a la sínfisis mandibular hasta que consolidara la fractura, lo que conseguimos con una férula realizada con un alambre trenzado sobre sí mismo (del que es difícil conseguir encontrar una imagen en la literatura) y realizamos un bloqueo con elásticos para que pudiera abrir y cerrar la mandíbula y al irse remodelando los cóndilos tuviera de guía una oclusión correcta. Decir además que la forma de los dientes de leche (cuellos cortos, poca altura y estabilidad) dificulta enormemente el empleo de férulas y ligaduras con alambres. Además la presencia de los gérmenes dentarios y el nervio dentario inferior, casi imposibilita el poder colocar tornillos de bloqueo o placas para estabilizar la fractura. Afortunadamente todo fue bien y en un par de meses la paciente podía abrir y mover la mandíbula en un rango normal, pero requerirá seguimiento como mínimo hasta que complete su crecimiento por si durante el mismo se produce algún tipo de asimetría o disfunción que requiera alguna otra intervención correctora.
10.- ¿Qué patología has tratado de la que estás más satisfecho con el resultado?
Creo que no podría decir una sola y serian muchas, porque cuando un paciente está contento con los resultados, el cariño, la amabilidad, la simpatía y la atención recibida, uno también lo está. Esto es lo más gratificante para mí de esta profesión. El que uno intenta hacer todo lo que hace lo mejor que puede y hace todo lo que sea necesario para satisfacer y ayudar a la gente y a veces, aunque al trabajar siempre en equipo uno muchas veces no hizo la parte más importante o difícil del mismo y tampoco buscó ningún tipo de reconocimiento u oportunistamente quedar bien, muchos pacientes en esos momentos de sufrimiento, de dolor e incertidumbre, aprecian enormemente tu empatía, calidez y sacrificio por hacer las cosas bien y el hecho, de ver a los pacientes agradecidos y que te den simplemente las gracias por ello, sin buscar uno nada más, a mí personalmente me emociona infinidad de veces.
Por otra parte, uno como profesional debe poseer la suficiente humildad y autocrítica necesarias para querer mejorar y progresar, porque la ciencia avanza cada día y siempre se puede aprender algo nuevo, hacer las cosas mejor o de otra manera. También hay que tener en cuenta que parte de los casos que tratamos, por ejemplo, son tumores de cabeza y cuello, deformidades y accidentes con heridas y fracturas faciales complejas y que, a día de hoy, no tenemos una goma de borrar que haga desaparecer ciertas deformidades, secuelas o se regeneren ciertos tejidos sin dejar ningún rastro. Por eso se suele decir que aunque en algunos casos no se pueda siempre curar, o los resultados no puedan ser a día de hoy ideales, lo que siempre se puede hacer es aliviar y consolar y eso los pacientes lo entienden perfectamente y es casi lo que más valoran. Entonces, tanto el operar a un paciente por muy sencilla o compleja que sea una operación, como hablar, o darle un abrazo o gestionarle unos papeles a un paciente, me puede satisfacer enormemente y que te diga que el simple hecho de hablar contigo le ha ayudado y aliviado muchísimo, te reconforta un montón.
Por poner un caso, recuerdo un niño que tuvo una fractura en el suelo de la órbita y desde el principio tenía muchas posibilidades de tener que operarse porque veía doble y la fractura era importante. Evidentemente la madre estaba muy angustiada por las consecuencias que dicha fractura y la cirugía, podían tener. Para que no le interfiriera mucho con su trabajo el firmar la autorización de la anestesia, hablé con los anestesistas durante la guardia de fin de semana para que pudieran atenderla el lunes a primera hora y así fue. Finalmente yo no participé en esa operación y salió tan bien como era de esperar. La madre cuando meses después me vio por las consultas se acordaba de mi nombre, paró y fue expresamente a saludarme emocionada con los ojos llorosos. Debido a la cantidad de pacientes que vemos, puede ser que uno inicialmente no se acuerde del caso, pero satisface enormemente que esto suceda a menudo porque todos hemos pasado por momentos difíciles y nos ha aliviado un montón que nos hayan ayudado.
11.- Como dices, la ciencia no para de avanzar, pero cuéntanos ¿Qué medios y herramientas usas para actualizar y completar tu formación?
Leo frecuentemente las revistas y artículos científicos de mayor impacto sobre mi especialidad, acudo asiduamente a diferentes cursos y congresos sobre la misma y estudio de diferentes libros. Actualmente también estoy pendiente de leer la tesis doctoral y estoy realizando dos cursos de experto universitario. Uno es sobre Implantología Oral, de un año y medio de duración, organizado por la Universidad de Burgos y la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial (SECOM) y el otro, de un año de duración, es sobre medicina y cirugía estética facial y está organizado por la Universidad Europea Miguel de Cervantes de Valladolid y la SECOM.
12.- Y para terminar, ¿Qué consejo nos darías sobre salud bucal?
Todos los pacientes deberían hacerse un chequeo dental anual, incluyendo los pacientes que no tienen dientes. Se debe evitar el tabaco, el alcohol y el consumo excesivo de azúcar. Hay que mantener una buena higiene oral y es recomendable vacunarse frente al virus papiloma humano.
Si un paciente presentara uno de los siguientes signos durante tres semanas debe ser derivado de forma urgente para la valoración por un especialista en cáncer de cabeza y cuello, como el cirujano maxilofacial: ronquera; dolor tanto de garganta o en un lado del cuello, de cabeza u oído inexplicables (especialmente cuando se añade una limitación en la apertura de la boca junto con una otoscopia normal); dificultad para tragar; parálisis tanto facial como de la lengua u ocular; un bulto en la cara, el cuello o una hinchazón unilateral (especialmente si es firme, dura o elástica);una úlcera inexplicada o lesión blanca y roja que duele y/o sangra en la boca, labios y/o garganta; una zona irregular en la mucosa oral pigmentada; un entumecimiento o fijación de la lengua; una movilidad de los dientes de causa desconocida o una herida de exodoncia que no cura.